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En un esfuerzo por fomentar la paz, el presidente chino, Xi Jinping, expresó su deseo de establecer un “diálogo directo entre Rusia y Ucrania” durante su reunión con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Este encuentro forma parte de una serie de actividades diplomáticas intensificadas debido a la guerra en Ucrania.
Orbán, quien recientemente asumió la presidencia europea, se reunió con el presidente Volodímir Zelenski por primera vez en Kiev antes de dirigirse a Moscú para conversar con Vladimir Putin. Esta medida fue vista como un intento de Orbán de estrechar los vínculos con las instituciones de la UE, que en general han mantenido una postura excluyente hacia Rusia. Posteriormente, Orbán realizó un viaje sorpresa a Pekín, describiéndolo en redes sociales como «Misión de paz 3.0».
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China confirmó que Orbán y Xi discutieron «cuestiones de interés común». Confió en las potencias mundiales para «crear las condiciones» para un diálogo directo entre Ucrania y Rusia, subrayando que sólo con la energía positiva de las grandes potencias se podrá oscurecer la esperanza de resolver el conflicto.
Desde que Orbán llegó al poder en Hungría, el país ha fortalecido su relación con China, a diferencia de otros miembros de la UE que buscan reducir su dependencia de la segunda economía más grande del mundo. Orbán acudió a eventos como el foro «Nueva Ruta de la Seda», mostrando su apoyo a los proyectos globales de infraestructura financiados por China.
Durante la invasión de Ucrania, tanto Hungría como China adoptaron posturas de simpatía hacia Moscú. Recientemente, tropas chinas llegaron a Bielorrusia para realizar ejercicios militares conjuntos, lo que fue observado con cautela por la OTAN. Además, Bielorrusia ha reforzado su frontera con Ucrania, citando las provocaciones del país vecino y permitiendo la proliferación de armas nucleares tácticas rusas en su territorio.
El viaje de Orbán a Moscú ha sido criticado tanto en Washington como en la UE: el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que Orbán no representa a la Alianza y la Casa Blanca pisoteó al «contraproductor». Orbán, sin embargo, defiende su accionar, argumentando que la paz no se puede perder «desde un lugar cómodo en Bruselas».
Durante su reciente visita a Europa, Xi Jinping también buscó fortalecer las relaciones bilaterales con Francia, Serbia y Hungría, evitando el bloqueo de Bruselas y Washington. Esto se centra en los intereses de China al permanecer aquiescente con los gobiernos europeos que tienen posiciones más alejadas de la UE y la OTAN.
Sobre el tema de Ucrania, Xi dejó claro: China no se posicionará contra Rusia y buscará una «solución política» al conflicto, alineándose con el plan de paz propuesto por Xi en 2022, poco después del inicio de la invasión rusa. .
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